Como sabemos, aún no existe la vacuna contra el COVID-19 en el mercado, sin embargo, se espera que a finales de este año los ensayos clínicos arrojen resultados positivos.
Una vez que esto suceda, será necesario verificar que sea segura y que la producción y distribución se realicen con los más altos estándares de seguridad y calidad, por lo que la Organización Mundial de la Salud estima que se podría contar con una vacuna eficaz y segura a inicios o mediados de 2021.
De acuerdo con información publicada por Forbes México, Pfizer Inc en conjunto con su socio BioNTech SE y Moderna Inc publicaron el 24 de noviembre, datos de pruebas que muestran un 95% de eficacia en sus vacunas para prevenir el COVID-19. Así mismo, AstraZeneca Plc anunció esta semana que su vacuna podría tener un 90% de eficacia.
El ARN mensajero es el método utilizado para generar la vacuna para la prevención del COVID-19. El presidente de la farmacéutica Moderna, Noubar Afeyan, explicó el método de la siguiente forma:
“El flujo básico de información biológica dentro de nosotros es el ADN y entre el ADN y las proteínas hay una molécula llamada ARN mensajero, que esencialmente es una copia de cada una de las partes que necesitan ser hechas(…) el virus de COVID-19 en realidad utiliza el ARN para causar daño. Entonces cuando una célula ve el ARN, por lo general tratará de detenerlo a través del sistema inmune. Lo que nosotros descubrimos cómo hacer, empezando hace unos diez años, es proteger el ARN, modificar el ARN y volverlo compatible para ser una droga y una vacuna”.
Se sabe que la premura con la que se han desarrollado las fórmulas ha generado dudas sobre su eficacia, sin embargo, Afeyan afirma que la vacuna es segura ya que a pesar de que se han hecho las cosas rápido, ha sido de manera minuciosa.
La noche del 26 de noviembre, el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, hizo una invitación a evitar la propagación de información no fidedigna, haciendo énfasis en que “el ARN mensajero es incapaz de generar enfermedad COVID, tampoco puede crear virus vivos y tampoco puede alterar la genética humana. No hay que tener ideas especulativas, no científicas de que el ARN mensajero pudiera alterar los cromosomas o genes del ser humano que recibe la vacunación.”
Así mismo, informó que esa misma tarde Pfizer entregó el expediente de solicitud de registro sanitario de la vacuna ante COFEPRIS y dicha institución se encargará de revisar si el mismo se encuentra completo para iniciar la siguiente etapa del proceso.
El mayor reto se encuentra en el método de distribución, ya que es una vacuna tecnológicamente innovadora que requiere estar ultracongelada a -70° y actualmente ningún país cuenta con una Red de ultracongelación. La Secretaría de Salud se encuentra en conversaciones con el equipo de Pfizer para coordinar cómo sus recursos tecnológicos pueden integrarse a los planes del gobierno ya que dicho laboratorio cuenta con cajas de congelación avanzada que mantienen una temperatura de -20° que pueden ser útiles para la transferencia de la vacuna del ultracongelador hasta el punto de uso de la vacuna.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, existen muchas medidas estrictas de protección para garantizar que las vacunas contra la COVID-19 sean seguras, pasando por un riguroso proceso de ensayos en muchas fases, incluidos ensayos amplios que abarcan a decenas de miles de personas. Esos ensayos, incluyen personas de alto riesgo respecto de la COVID-19 y están especialmente concebidos para identificar cualquier efecto secundario habitual.
Una vez que se introduzca una vacuna contra la COVID-19, la OMS apoyará la labor de los fabricantes de vacunas, los funcionarios del ámbito sanitario de cada país y otros asociados, con miras al seguimiento continuado de cualquier posible problema de seguridad.Te invitamos a mantenerte informado y seguir cuidando tu salud y la de tu familia.
