Durante esta pandemia de COVID-19 nos estamos enfrentando a retos que nunca nos imaginamos, por eso es muy importante que nos preparemos para cuidar de todos.
Esta enfermedad inicia con un ataque al sistema respiratorio e inmediatamente comienza a atacar otros órganos y sistemas. Su gravedad es tal, que aproximadamente el 10% de la población que enferma necesita hospitalización y un alto porcentaje requiere de asistencia respiratoria y cuidados en terapia intensiva. La mortalidad en las unidades de terapia intensiva llega a ser hasta del 60%.
Ya han existido pandemias por virus de la misma familia, sin embargo, esta vez es el SARS-COV-2 el responsable de la enfermedad COVID-19. Una de las principales características de este nuevo virus es su alta capacidad de propagación.
Es importante recalcar que existe la posibilidad de que una persona esté en periodo preclínico o que esté asintomático y sea origen de contagio al no protegernos de sus secreciones respiratorias.
La forma más importante de contagio es a través de la expulsión de microgotas de las vías respiratorias de una persona enferma. Puede ser por medio de la tos, un estornudo o al hablar.
Otra forma de contagio menos frecuente, pero igualmente importante, es compartir o usar en forma simultánea o secuencial con otras personas diversos artefactos como celulares, micrófonos, dinero, el uso de barandales, soportes del transporte público, superficies de uso múltiple y público, manijas y asideras de puertas, etc.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) han recomendado una serie de medidas preventivas con la finalidad de contener la expansión del COVID-19.
No te pierdas nuestras próximas entradas de blog donde te daremos recomendaciones para preparar el retorno a oficinas.
Prepárate y regresa a la nueva normalidad con más tranquilidad.