¿Cómo prevenir un brote de COVID-19 en tus instalaciones?
29 junio, 2020
Paso 1. Pre-evaluación
Verifica el estado de salud del trabajador que deseas reintegrar.
Ficha de identificación: Realiza un cuestionario a distancia con su información básica: nombre, sexo, edad y domicilio.
Status familiar: personas con las que convive en su domicilio.
Manifestar si alguna persona, familiar o no, padece o padeció COVID-19. Incluir fechas precisas, presentar informe médico y resultado del estudio que avala el diagnóstico.
Manifestar si estuvo en contacto con alguna persona calificada como sospechosa y qué medidas se tomaron al respecto.
Si estuvo en contacto con alguna persona con diagnóstico de COVID-19 y si estuvo en cuarentena y vigilancia estrecha.
Toma en cuenta antecedentes personales de salud.
Manifestar si padece diabetes mellitus y de ser así, indicar:
Tipo.
Evolución.
Afecciones secundarias
¿Está controlado?
Manifestar si padece de hipertensión arterial y de ser así, indicar:
Tiempo de evolución
¿Está controlado?
Manifestar si padece alguna otra enfermedad que afecte su estado de inmunidad, ya sea como consecuencia de la enfermedad o como reacción secundaria del tratamiento o que el tratamiento sea específicamente para disminuir la inmunidad. De ser así, indicar qué medicamentos utiliza.
Tercera edad y mujeres embarazadas. Personas mayores de 60 años deberán aplicar los criterios vigentes de la autoridad sanitaria. Se recomienda que el personal de salud de la institución extienda un certificado de salud y recomiende el confinamiento en casa por su seguridad.
Prueba COVID-19. Se recomienda realizarla previamente para saber si la persona es positiva y por tanto requiere de confinamiento inmediato, así como de estudio epidemiológico y desde luego, la valoración clínica y tratamiento correspondiente.
Paso 2. Primeros pasos a la nueva normalidad
Selección del personal que se integrará al trabajo de oficina de forma presencial: Tras la pre-evaluación a distancia, recomendamos que personal técnico especializado (médicos y enfermeras) realicen la selección de personal calificado para trabajar de forma presencial en las oficinas.
Acondicionamiento del inmueble: se deben tomar diversas medidas sanitarias para evitar la expansión del contagio por COVID-19. Las medidas recomendadas inherentes al inmueble se deben observar de forma meticulosa, y con control estricto.
Filtro sanitario:Filtro al acceso del edificio operado por personal médico capacitado.
Sanitización de calzado con sanitizante de su preferencia o agua clorada al 10%.
Inspección con toma de temperatura, observación facial, marcha y actitud del trabajador.
Interrogatorio básico.
Será el personal de filtro quien tendrá autoridad para impedir el acceso al personal y referirlo al servicio médico para una valoración más detallada.
Protección respiratoria:
Al ingresar al inmueble, cada persona deberá desechar en un recipiente exclusivo, el cubrebocas que usó durante su traslado en transporte público y otorgarle uno nuevo. Si es N95 éste debe contenerse en algún estuche exclusivo y puede ser reutilizable. Si es un cubrebocas convencional de doble capa, se recomienda su cambio cuando menos por turno.
El uso de caretas protectoras es un complemento de protección ya que ayuda a evitar que la gente se lleve las manos a los ojos de forma involuntaria, además de contener efectivamente las microgotas lanzadas por la tosedura o estornudo de alguna persona que involuntariamente violó la distancia de protección mínima de 2 metros.
Descontaminación de manos: La sanitización de las manos en toda su superficie es de vital importancia. Se puede usar alcohol en gel al 70% y proveer espacios para el lavado de manos con agua y jabón siguiendo la técnica recomendada y de 20 segundos mínimo.
No olvides tomar en cuenta estos pasos ya que la etapa de preparación es muy importante para obtener buenos resultados en el regreso a oficinas.
En nuestro próximo post hablaremos, entre otras cosas, del reacondicionamiento de áreas y lineamientos para el cuidado durante la jornada laboral.
